Un
cóctel de excesiva contratación pública, falta de rigor en el cobro de
impuestos y un ERE como solución final han llevado a un enfrentamiento
abierto de los trabajadores de este municipio grancanario con su actual
Alcalde, Teodoro Sosa.
En una sala de las Casas Consistoriales,
junto al drago más antiguo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Gáldar
prepara el Belén de estas Navidades. En él se representan las escenas
habituales en torno a unas montañas que bien podrían ser los riscos de
este municipio del noroeste de la isla. Una obra coqueta pero modesta,
acorde a los tiempos que corren. Gáldar mantiene una deuda de 30
millones de euros que crece año a año, y su alcalde, Teodoro Sosa, ha
planteado medidas de recorte para 2012. La más polémica, el Expediente
de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a 141 trabajadores de un total
de 396, en un municipio de 24.500 habitantes. "No se puede ir año a año
cerrando con déficit. Llega un momento en que la bola no da para más",
comenta Sosa. La Dirección General de Trabajo
alega que no se puede llevar a cabo mientras no hay un plan de empleo y
otro de saneamiento. Los sindicatos defienden lo contrario, que un ERE
solo es aplicable a la empresa privada, y se basan en un reciente informe del Ministerio de Trabajo. Mientras tanto, muchos trabajadores no han cobrado la nómina de octubre.
El problema que este alcalde enfrenta
hunde sus raíces en una manera de entender la política municipal. El
Ayuntamiento ha llegado a convertirse con el paso de los años en el
principal generador de empleo en Gáldar, recurriendo a la contratación
directa. Nada de oposiciones. Un 84% de la plantilla está formada por
personal laboral que entró de esta manera. Un modelo que "si no recuerda
a la economía soviética, al menos fue caciquil", en palabras de un
economista conocedor de la materia.
Lo positivo de esta abundancia de
personal es que fue orientado en parte a ofrecer servicios sociales
pioneros en el noroeste de Gran Canaria, como una residencia de
ancianos, una escuela de música y un organismo de ayuda a toxicómanos.
El problema es que estos servicios -rentables socialmente pero
deficitarios a corto plazo- no se complementaron con actividades que
generaran ingresos. Tampoco se gestionó de manera eficaz la recaudación
de los impuestos. Según un informe de octubre del Interventor Municipal,
en 20 años se ha alcanzado la cifra de 19 millones de euros pendientes
de cobro. Una cantidad igual a lo que está previsto ingresar en 2012.
Esta situación se mantuvo en años de
bonanza, pero ha comenzado a resquebrajarse en los últimos meses. El
Alcalde lo plantea así. "Tenemos una previsión de 20 millones de
ingresos para 2012. ¿Vamos a gastar 12 en personal? No puede ser. La
salida del ERE es para dejarlo en 10 o 10'5 millones, y la otra mitad
debe quedar libre y para limpiar deudas", explica. "Cuando yo entré, en
mayo de 2007, había 533 trabajadores municipales. Ahora hay 396. En un
lugar como Gáldar no puede haber más de 300. Este equipo ha tenido
sensatez en las contrataciones, pero las corporaciones anteriores
tuvieron una política de colocación, y ahora se pagan las
consecuencias".
No es es la primera vez que se plantea un ERE en Canarias. El ayuntamiento de Ingenio, también en Gran Canaria, llevó a término un expediente temporal
el año pasado con el visto bueno de los empleados. Pero este caso es
diferente. En primer lugar porque los sindicatos se oponen frontalmente,
y contraatacan con un plan de viabilidad donde plantean reducir
inversiones en nuevas construcciones, subvenciones a clubes deportivos y
festejos, así como ser más exigentes en la recaudación de tributos. En
segundo lugar, porque tanto estos como el Alcalde se quejan de falta de
diálogo por la otra parte. Al final, un enfrentamiento público que ya se
ha saldado con la dimisión de una concejala del área de Gobierno.
Trabajadores sin cobrar y una lista no oficial
No resulta fácil hablar con los
trabajadores afectados, más aún si tienen que dar la cara. Hay
excepciones. Oliver Tacoronte es técnico informático y lleva 14 años en
el Ayuntamiento. Ahora tiene 35. Entró como delineante pero después de
obtener el título de técnico informático, le encomendaron funciones de
esta categoría sin que constase en el contrato. Un juez le reconoció
como personal laboral indefinido en 2003. Se acaba de casar este verano.
"Supe del ERE con los preparativos de la boda. Me alegraron la semana",
comenta con sorna. "Primero estaba en la lista de extinciones de
contrato, según me comentaron, luego pasé a la de suspensiones". Se
refiere a una lista oficiosa que según varios trabajadores circula por
las oficinas municipales, sin que nadie confirme o desmienta su
veracidad. Él se enteró de este listado por un compañero sindicalista.
No sabe cuándo van a cobrar la nómina de octubre. Todo son rumores.
"Hace poco terminé de pagar el crédito de mi coche, pero si no es porque
mi mujer trabaja, no sacamos adelante la hipoteca y los gastos de la
casa", explica.
Oliver quiere señalar que está afiliado
al PSOE "desde siempre", y que su tendencia política ha influido a la
hora de estar incluido en el ERE. "He pasado épocas de persecución y
acoso laboral por eso". Ahora está decepcionado. "Como muchos de mis
compañeros, no me siento respaldado por mi partido". El PSOE está en el
grupo de Gobierno y apoya al Alcalde, del BNR-Nueva Canarias.
Al contrario que muchos compañeros,
Oliver no tiene miedo a dar la cara. "Represalias hay a diario, con unos
o con otros, te meten en un despacho te sueltan un rollo y esto es lo
que hay. Cuando hemos planteado ideas para solucionar los problemas
económicos, nos ignoran". Cree que mientras no se digan mentiras, hay
que decir lo que se piensa. "O si no, es que aquí no hay libertad".
Otro trabajador prefiere que no salga su
nombre publicado. "Hablé para otro medio y ya noto mal rollo en el
trabajo. Llevo 15 años en la empresa y sé cómo va esto", explica. Él
también está en lista de afectados por suspensión de contrato, pero no
es esto lo que más le inquieta. No ha cobrado la nómina de octubre, y en
su casa son cuatro personas. Su mujer, que es ama de casa, y dos hijos.
Sin contar la hipoteca. "Ya me han devuelto tres o cuatro recibos. Uno
pasa nervios en casa, malestar. He tenido que pedir algo de dinero a
familiares". Asegura que nadie le ha informado de cuándo va a cobrar.
Un tercer caso es el de Jesús Guerra,
electricista de 40 años, con 21 en el Ayuntamiento. Es delegado
sindical, por eso su nombre no aparece en la lista del ERE. "No es de
ley que se quite a dedo a la gente. No se ha dialogado. Ha sido todo al
trancazo", explica. "Yo soy soltero, pero tengo compañeros que ya están
notando el retraso en las nóminas, que te dicen: déjame algo para
comer".
19 millones pendientes de cobro
Javier Godoy, de Comisiones Obreras en
Canarias, fue uno de los primeros en dar la noticia de los 19 millones
que se le adeudan al Ayuntamiento -desde 1991, aunque la mayor parte
corresponde a la última década-. "Es una cifra que pondría a salvo las
finanzas del municipio", asegura Godoy. "La gestión de Sosa al frente
del Consistorio ha sido caótica y con consecuencias inmediatas para la
ciudadanía de Gáldar. Esta podrá ver mermada la prestación de servicios
porque el equipo de Gobierno es incapaz de cobrar lo que se le adeuda",
indica.
El alcalde alegando que la cifra
pendiente de cobro de su mandato -desde mediados de 2007- son algo más
de dos millones, lo que considera normal. Y que en cualquier caso, lo
que se debe al municipio hasta 2005 va a prescribir.
Pero para Eduardo Mederos, presidente
del Comité de Empresa, Sosa también es culpable. "La Audiencia de
Cuentas insiste desde 2008 que está presupuestando los ingresos muy por
encima de lo real, y al final no hay equilibrio", comenta. "Podemos
discutir medidas que afecten al empleo, pero fuera del ERE. Gáldar
siempre fue pionera en servicios sociales, aquí hay guardería municipal,
escuela de música, residencia de ancianos... Que diga que no quiere
prestar estos servicios".
Lo cierto es que la desmotivación ya
está haciendo mella en los trabajadores, como indica Jesús Guerra. "La
solución va a ser coger el caldero y la colchoneta y hacer una huelga en
el Ayuntamiento. Y que venga la Justicia a sacarnos. Si hay que hacer
una reducción salarial para que no despidan compañeros, yo estoy
dispuesto", señala.
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