jueves, 1 de septiembre de 2011

RECUERDO AQUEL AGAETE...

Recuerdo aquel Agaete en el que vivíamos mil aventuras. Cuando salíamos del colegio nos poníamos la ropa de romper y nos metíamos en el barranco, hoy hacíamos barcos y echábamos carreras en la acequia, mañana seguramente, llamemos a los chiquillos de la villa de abajo pá echar una guerrilla de bolas.

En aquel barranco podías vivir mil historias, y nunca te defraudaba. Cuando empezaba el verano nos pasábamos 2 semanas recogiendo maderas, palmeras y todo lo que se podía para las hogueras de San Juan, los vecinos nos daban los muebles viejos con la esperanza de quitárselos de encima, para nosotros era buen material para quemar así duraría mas la hoguera y todos podrían verla, aunque llegaran mas tarde, luego asábamos papas y piñas, y nos sentábamos a contar historias.

Entrado el verano construíamos una caseta, cogíamos todo lo que sirviera de pared o techo, tablas, chapas, bidones... y nos poníamos manos a la obra. Aquella estructura ruinosa puede que no ganara ningún premio, pero para nosotros había quedado de escándalo, y se convertía en nuestro club para el resto del verano, solo para chicos, bueeeeeno, las hermanas también.

En navidades ayudábamos a construir el BELEN VIVIENTE, no importa la tarea que te tocara, la hacíamos con toda la ilusión del mundo, queríamos que todo el que viniese a verlo se quedara maravillado de lo bien que se hacían las cosas en Agaete, (y mira que venia muchísima gente de fuera para verlo, ERA MUY FAMOSO).

Cuando llovía un día entero con ganas, corría el barranco imponente, autoritario, como lo habían visto nuestros antepasados cientos de veces, venían de todas partes del pueblo a ver como la naturaleza nos mostraba un espectáculo único. Ahora miro al barranco o lo que queda, y siento tristeza y remordimiento por dejar que lo mancillaran, violaran, destrozaran.

Del Belén Viviente jamás se supo, un año no se hizo, y hasta hoy, debe ser que no hay presupuesto, o faltaba para cenas y almuerzos. Resulta que hay un parque con columpios que casi nadie usa, y para las fiestas ni siquiera se tuvo la delicadeza de quitarlo, justo al lado de los bochinches, casi nada, ahora están llenos de cristales y quien sabe, ese lugar donde pretenden que los niños jueguen sin hacerse daño.

El cauce del barranco es ahora un pequeño canal en una esquina del barranco. Luego miras hacia arriba y ves grúas, camiones, casas a precios desorbitados, ese paisaje tan hermoso que tenia Agaete cuando llegabas de La Aldea, ahora es una urbanización de lujo, Y ENCIMA EL CACHONDEITO DE LA SOLIDARIDAD DEL PAÑUELO, cuando Agaete se esta perdiendo en manos de la locura del cemento, no solo el fuego es un peligro para la naturaleza.

Recuerdo aquel Agaete de mi infancia, y que entonces pensaba, QUE SUERTE TENDRAN MIS HIJOS DE DISFRUTAR COMO YO DE ESTA MARAVILLA QUE NOS DIO AGAETE.

Agaete solo lo puede entender el que ha nacido aquí. Aun con todo lo que pasa, recuerdo aquel Agaete.

C.G.S.

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